miércoles, 24 de octubre de 2012

El aire cambió su olor.



El aire cambió su olor al despertar:  era ella.
Nervioso, ansioso, preocupado, miraba a todo y nada, caminaba, las ideas en mi mente no eran claras, ¿tendría una meta?, ¿será su olor?

Y seguí caminando sin rumbo, seguro de llegar, caminé, no sé cuánto tiempo, el reloj se negaba a avanzar, dejé atrás al tiempo y mi meta tomaba forma de mujer… me paré un segundo a pensar y mi mente seguía en blanco, el olor en el aire empezó a tomar un matiz familiar, aún indefinido y agradable.

Y siguiendo el rastro del viento me atreví a volar, y el superhombre me invadió: acabé con los nervios, ansiedad, preocupación. La meta era fija: seguir ese algo con forma de mujer y aquel olor.

El cielo estaba a mi favor, el viento me tomó de la mano y me invitó a seguir, sentía las nubes en mi rostro haciendo del cielo mi lugar perfecto. Por un minuto sentí el cansancio y me detuve a contemplar el paisaje desde el cielo: montañas, lagos, grandes llanuras; y el viento me golpeó la cara recordándome seguir, y el aire cambió su olor.

Era fuerte, un aroma intenso que le puso rostro a esa silueta con forma de mujer: era ella.

«¿Y si es un sueño?», me pregunté, como desafiando al superhombre, supuse caer por un segundo, pero su olor era más fuerte y seguí volando…
Y el viento me llevó a un lugar extraño que gritaba mi nombre, insistente, fuerte, dulce… en ese momento me sentí perdido, miraba a todas partes: buscándola.

Y en ese instante el superhombre desapareció, caí de golpe al suelo. Aturdido, nervioso, me puse de pie, miré al horizonte y era ella, ¿era ella?. Confundido aún me acerqué, como si la hubiese conocido, respiré profundo y le planté un beso, el aire cambió de olor, mi cuerpo, mi mirada. Me convertí en ése ríe, el que canta, ése de ella.

Era el día perfecto, tomé su mano para no soltarla y caminamos rápido con rumbo al paraíso: al de su voz, al de su cuerpo, su cara, su aroma…

Y todo el silencio, las miradas, las caricias, se convirtieron en una «batalla brutal» y no importaba ganar sino seguir peleando, a piel, corazón a corazón…

Y la «batalla» se convertía en sueños, en miradas profundas, en gritos, en su aliento en mi ser, en su cintura en mis manos, mi batalla se convertía en ella, moría con ella y resucitaba una y otra vez, porque era ella… si terminamos muertos resucité en sus ojos y en su voz, es sus «te amo», resucité para vivir por ella.

Y el tiempo que dejé atrás no llegaba, y seguíamos unidos en un solo latido, burlándonos de la distancia, nos reíamos juntos del tiempo, no importaba nada, fuimos más fuertes que el «destino» y hasta nos burlamos del amor, haciéndolo pequeño.

Nací de ella y me mataba, renacía en ella, moría. Esto de matarme a besos, golpes y caricias me invitó a vivir.

Y sentí que pasaron años sin salir de ella, crecíamos juntos, corazón a corazón, latido a latido, piel con piel. Y el sonido de su voz que no dejaba de encender mis sentidos y ver el mundo con color a ella. No existe más.

Entonces, el aire cambió su olor, anunciando la venida del tiempo, del tiempo que llegó a tomar venganza y llevarme de vuelta, ése tiempo que no perdona, el que no olvida, ése que pudimos ganar.
Cada lágrima en sus ojos debilita al tiempo, esas caricias y los besos, se sellaron en un pacto para matar al tiempo, para que no regrese nunca.

Abrí los ojos a la realidad… y el aire cambió su olor...

domingo, 6 de mayo de 2012

De Lejos

Cierro los ojos, porque estás lejos
y te veo en mis brazo, te siento...

Le dibujo una sonrisa al sol con tu nombre,
le digo al cielo con un beso que te acerque,
que te llene de mí, que te diga que soy tuyo,
que lo miremos juntos aunque estés lejos...

El universo es testigo de mis sonrisas al leerte,
de mis suspiros, de mis ganas...

E imagino tu voz, tu aliento en mi pecho,
tus manos tibias en mi espalda que te cuida,
le puse un nombre al espacio en mi cama,
ese que desde ya te pertenece, el tuyo...

Y sigo dándole fuerzas a esto de amar,
a esto de querer amarte, que me ames...

La distancia solo es tiempo sin ti,
la distancia solo aumente mis ganas,
el sentimiento crece con la espera
y me gusta esperar.

Guardo cada latido para tu corazón y cada sonrisa para tu boca.

sábado, 3 de marzo de 2012

Retrato.

Describiría tu rostro pero me quedo en blanco al ver tus ojos
como si esa sonrisa la hubieses pintado pensando solo en mí.

Vuelvo a tus ojos y brillan, o quizá sean el reflejo de los míos
los míos que brillan al verte, al imaginarte real en mis brazos.

Y camino mis pasos, regreso a verte, vuelvo, regreso y me quedo
me quedo para verte, para darle sentido a eso que quiero sentir.

Camino tus pasos conociéndote, recorriendo cada detalle tuyo
cada cosa en los pliegues de tu rostro que me quedo a mirar.

Como si cada rasgo lo hubiese creado yo, te inventé y te veo
veo esa figura que quise ver, la tengo en frente como mi cuento.

Regreso a verte para cerrar los ojos y creer que te sigo soñando
para borrar el mundo que me estorbaba, que no me dejaba verte.

Regreso a verte en cada renglón para no olvidar los detalles esos
regreso a verte a cada parpadeo como si te me escaparás, no sé.

Este es tu retrato, es lo que no puedo describir cuando te veo, lo sé
y regreso a verte buscando mi reflejo en tu sonrisa, solo por verte.

martes, 21 de febrero de 2012

ESA

Ya lo sentía en el aire,
Eso que aterra: aferra.
Un par de besos ya no míos,
Un cuerpo ajeno sin mi luz.
Terminar por costumbre
Porque puedo, podía.
Esa que miraba en mis ojos
Esa que no está: la que fue.
Y cada cosa en sus manos fueron todo
Cada palabra en su voz, cada gesto: eso…
Eso que me hacía amarla, eso que está,
Hacer el amor porque sí, porque pudo,
sin ella conmigo, con ella allá: sin ella…